Transitamos una realidad, no cabe duda. No obstante, esta realidad se nos presenta como un complejo donde todas y cada una de las experiencias parecen manifestarse de forma cíclica. La realidad describe un ciclo donde todo nace, crece y se nutre, adquiere una identidad, se une a otras identidades, se reproducen, crean y mueren para volver a iniciar el proceso.
En este bucle infinito no solo percibimos la idea de crecimiento y evolución hacia el bienestar. Sino también su parte dual, la lucha, la vejez, la enfermedad y la muerte. Junto a la luz, sentimos el desanimo ante el sufrimiento.
EL SENDERO nos muestra esta realidad cíclica haciéndonos transitar a través de 16 PUERTAS. Cada una de estas puertas nos enseña un concepto de nuestra realidad en diferentes niveles de conciencia, su dualidad, la virtud y la acción que nos permitirá seguir el camino y trascender el sufrimiento. Atravesaremos puertas que nos enseñarán donde estamos, otras nos mostrarán cómo y con que nos identificamos ingresando en nuestro interno. Algunas nos enseñarán a relacionarnos con el externo. Y las restantes nos mostrarán como y de qué manera realizamos nuestros propósitos y creaciones.
Dispuesto en el centro de nuestro universo personal abriremos, una tras otra, todas las puertas. En ellas tendremos la oportunidad de centrar, balancear y estabilizar la balanza de la dualidad. Uno de los polos de la balanza contiene todo el sufrimiento, emociones, sensaciones y pensamientos referentes a las experiencias que vivimos en cada puerta. En el otro polo las virtudes, actitudes y acciones que nos permiten vivir en armonía las mismas experiencias.
Hemos pasado la vida luchando, esforzándonos y compitiendo para levantar a pulso el polo del sufrimiento. En ocasiones, no conseguimos levantar tanto peso. El sendero te propone una opción más llevadera. Cargar el otro polo de la balanza con pequeñas acciones y virtudes asumibles por tu mente hasta que la balanza se nivele.
Aquel que, por ignorancia, miedo o temor, no se permite aceptar que sufre, permanece en el sufrimiento. Tapándolo, enmascarándolo. Usa las mismas estrategias, aquel que se esfuerza por permanecer en la luz. Queda preso de una lucha eterna entre el bien y el mal. Es el “yo”, centrado, balanceado y nivelado el que transita su vida experimentando bienestar.
Este libro que sostienes, recopila gran parte de nuestra experiencia para la comprensión del mundo interior y exterior que transitamos. Y nos ofrece un puente hacia una existencia alineada con la totalidad. No obstante, describimos el Sendero como un continuo viaje, no como una meta alcanzada. Así que te invitamos a descubrirlo con nosotros y no desde nosotros.
Nos reconocemos como aprendices de los maestros que encontramos en el. Y seguimos nutriéndonos de su sabiduría. Y por maestros, no nos referimos a sabios que recorrieron su propio camino. Tampoco a los métodos o estructuras concretas que son herramientas de aprendizaje. Nos referimos a las luces y las sombras que se presentan a cada lado del sendero personal. Cada cual encuentra los suyos y aprende de ellos de mil formas diferentes. Tú tienes tu propio sendero y no es el mismo que el nuestro. En el camino se apostan tus maestros que, quizás, no tengan el mismo nombre que los nuestros. Y la forma en cómo te comunicas con ellos nace de ti mismo. Reconocemos a TU Sendero como TU maestro interno.
Te invitamos a realizar un viaje de consciencia. Y empezaremos este camino por la realidad creada, aceptándola tal y como es. Transitándola y experimentándola como algo que nos pertenece, sin juzgarla ni evitarla. Comprendiendo que toda experiencia tiene un origen. Todo se crea por causalidad. Todo está interconectado. Dejaremos ir los condicionantes que permiten la existencia del origen del sufrimiento, como lo son la ignorancia, la arrogancia, el apego, la codicia, el temor, el deseo…y permitiremos la existencia de virtudes como la devoción, la humildad, la calma, el agradecimiento, el perdón…que son la base del bienestar.
Permitámonos experimentar la vida y la muerte desde el amor hacia todo lo que existe de forma neutral. Aplicando conscientemente el sinfín de virtudes, fuerza, tolerancia y estabilidad propias del Ser humano en relación con su entorno natural.